



Sentencia de la Audiencia Nacional: el gasoducto Musel-Llanera precisa de evaluación de impacto ambientalLa Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes, que demandó al Ministerio de Medio Ambiente, solidariamente con la empresa Enagás, por la decisión de no someter a evaluación de impacto ambiental el gasoducto El Musel-Llanera, adoptada mediante resolución del citado ministerio de 14 de julio del año 2008, ha obtenido sentencia favorable a sus intereses, por parte de la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional, que ordena ahora la realización de dicha evaluación. Otro proyecto más que se pretendió hacer a uña de caballo, sin un desarrollo razonable detrás, porque había prisa para justificar con ésta, como con otras obras que forman parte de un rosario de infraestructuras claramente innecesarias, lo que entonces era el gran proyecto industrial del Principado de Asturias y ahora no es más que un fiasco monumental, el llamado «polo energético de El Musel», que forma parte de la idea que hoy se demuestra absurda de convertir Asturias en un monocultivo energético. Se nos puede decir que este gasoducto era imprescindible para «mallar» el sistema, pero la realidad es que sólo tenemos un ciclo combinado generando electricidad en Asturias, y ya veremos por cuanto tiempo. Ese ciclo, no ha necesitado nuevas fuentes de suministro que añadir a las que están en servicio. Esta sentencia se trata de una pequeña gran victoria que demuestra una vez más cómo se han venido acometiendo ciertos proyectos que constituyeron el núcleo duro de un proyecto energético impulsado por el gobierno de Asturias, materializado en el documento «Estrategia Energética del Principado de Asturias», que fue aprobada por el Consejo de Gobierno en el año 2007, en plena cresta de la ola de las burbujas inmobiliaria y de la energía, cuya situación actual es de sobra conocida, por las gravísimas consecuencias para nuestro país de la burbuja inmobiliaria, y el derrumbamiento de una burbuja energética pendiente ahora de toda una reformulación de difícil salida, dado el gran agujero abierto en las cuentas de las eléctricas por la política de primas a las energías renovables, y los conflictos abiertos entre el desarrollo de las infraestructuras de generación eléctrica mediante ciclos combinados, que ha venido a chocar con la tradicional industria del carbón. El resultado lo tenemos a la vista, con los dos sectores, el gas y el carbón, enfrentados en una loca guerra de la que nadie parece querer buscar las causas. Nos encontramos en estado de coma, y el daño sufrido por el Principado de Asturias ha sido enorme, y se encuentra pendiente de una valoración política que nadie realiza. Había prisa, mucha prisa, por construir en Asturias centrales de producción eléctrica de ciclo combinado, es decir, alimentadas con gas natural, y el gobierno llegó a hablar de catorce ciclos combinados. Sólo se ha construído uno, en Soto de Ribera, y sus gestores hablaron recientemente de la posibilidad de paralizar su actividad. Con semejante visión megalomaníaca se justificaba a su vez la ampliación del puerto de El Musel, que iba a servir para albergar la regasificadora que había de alimentar a esa maraña de ciclos combinados, y en la que se instalaría un parque eólico, una ampliación del actual muelle de graneles sólidos, y una terminal de graneles líquidos para alimentar la regasificadora. Esa terminal quedó desierta, pues nadie la quiere construir ni gestionar, el parque eólico se desechó, al igual que la ampliación de la terminal de graneles sólidos. En El Musel se levanta ahora una regasificadora que nadie puede explicar cabalmente para que sirve, y de todo lo demás no hay nada de nada, y lo más grave es que estamos hablando de lo que iba a ser el corazón, el núcleo reindustrializador del que partiría la recuperación de la economía y el empleo en Asturias. Se apostó por sectores inviables y sin futuro, no se creó el empleo previsto, y se han venido enterrando astronómicas cantidades de recursos públicos, demostrándose que la apuesta por un gran puerto granelero especializado en importaciones energéticas es un fiasco histórico que no sólo no aporta nada a la recuperación de Asturias, sino que además consumió recursos de los que ya no podremos disponer para inversiones serias y solventes. Desde AVALL pedimos una reflexión global, en la que se impliquen los agentes económicos y sociales, para valorar los enormes errores cometidos, al haber desarrollado un proyecto de recuperación industrial absurdo e insostenible, cuyas consecuencias, al igual que se están viendo ahora en el gravísimo error de la apuesta por el ladrillo, están por llegar, como lo peor de esta crisis que estamos viviendo, que es una derivada de la visión miope y de corto plazo de nuestros gobernantes, que sólo han tenido en cuenta los intereses especulativos, poniendo en gran riesgo el futuro de sus conciudadanos. La Audiencia Nacional obliga a someter el gasoducto de El Musel a evaluación de impacto
La infraestructura, entre el puerto gijonés y Llanera, tiene unos 17 kilómetros
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