Descanse en paz, José Manuel Palacio (EL COMENTARIO.TV)
Luto por José Manuel Palacio. LA NUEVA ESPAÑA (30/9/05)
La parroquia de Begoña acoge el funeral por el político fallecido de cáncer a los 75 años
M. CASTRO / R. VALLE
Gijón está de luto por José Manuel Palacio Álvarez. Las banderas del Ayuntamiento ondean desde ayer a media asta en señal de duelo por quien fuera el primer alcalde democrático del concejo y uno de los políticos más destacados de la vida local de las últimas cuatro décadas. José Manuel Palacio falleció el pasado miércoles por la noche en su domicilio de la calle Alfredo Truán, víctima de un cáncer de pulmón que se le había diagnosticado sólo diez días antes. Tenía 75 años. El funeral por su eterno descanso tendrá lugar hoy, a las 13 horas, en la parroquia de Nuestra Señora de Begoña.
Ocho años y dos meses estuvo Palacio Álvarez al frente de la Corporación gijonesa como líder de las candidaturas socialistas que vencieron en las elecciones municipales de 1979 y 1983. No fue su única actividad política. Nacido en La Habana un 6 de julio de 1930, la militancia sindical y política de este empleado de banca fue muy activa desde mediados de la década de los sesenta. Antes de ser alcalde de Gijón, cargo del que tomó posesión el 19 de abril de 1979, había sido diputado del PSOE por Asturias en las Cortes Constituyentes y consejero de Obras Públicas y Transportes del Consejo Regional de Asturias.
Su polémica marcha del PSOE tras la histórica asamblea de la Universidad Laboral de 1987 que le dio el liderazgo de los socialistas gijoneses a Vicente Álvarez Areces, no truncó sus ansias de seguir trabajando por la ciudad. Palacio volvería al Ayuntamiento en 1991 como líder de una nueva formación política: Unidad Gijonesa. A su lado estaban Armando Nosti y Luis González. Dos hombres que le acompañaron durante esta última etapa de su vida.
Políticos gijoneses, que ayer hicieron llegar su pésame a María Isabel, la hermana del ex alcalde, recordaban la importante labor que realizó Palacio durante sus dos mandatos municipales para, por un lado, poner los cimientos de una institución que nacía a la democracia, y por otro, mejorar las condiciones básicas de vida de los gijoneses. Con José Manuel Palacio al frente del gobierno local se diseñó el Plan de Ordenación Urbana que marcó los cauces del modelo de ciudad, se crearon las empresas municipales que se encargarían de dar a los vecinos los servicios de agua, transporte y recogida de basura, se cedió suelo para la construcción de escuelas y se dotaron de servicios e infraestructuras básicas los barrios de la periferia urbana. Trabajos que ayer le reconocían sus dos sucesores en la presidencia de la Corporación gijonesa: Vicente Álvarez Areces y Paz Fernández Felgueroso.
El transformador de la ciudad
El Ayuntamiento de Gijón manifiesta su hondo pesar por el inesperado fallecimiento de José Manuel Palacio Álvarez, que fue alcalde de la ciudad durante ocho años, entre 1979 y 1987. Tuvo, por tanto, el honor de ser el primer alcalde elegido democráticamente en Gijón tras la dictadura franquista.
Las dos corporaciones presididas por él tuvieron que afrontar problemas de especial dificultad en todos los órdenes, empezando por la definición de un modelo de ciudad democrática y la elaboración del plan de ordenación urbana. Se inició así una etapa de cambio y mejoras sustanciales para Gijón en su conjunto, tanto en el plano urbanístico como en todos los servicios públicos, durante la cual se prestó especial atención a los barrios y a las zonas más abandonadas de la ciudad. José Manuel Palacio fue, por tanto, un excelente alcalde, de intachable integridad personal y profundas convicciones cívicas, cuya gestión marcó decisivamente la transformación vivida por Gijón en los últimos veintiséis años.
La Alcaldesa ha decretado dos días de luto oficial, motivo por el que desde primera hora de la mañana ondean a media asta las banderas del Ayuntamiento y encabezará la representación municipal que asistirá hoy, viernes, al funeral que se oficiará a las 13 horas en la iglesia de Nuestra Señora de Begoña.
Las obras del regidor íntegro
Palacio tenía en la recuperación del cerro de Santa Catalina y el parque de Los Pericones sus logros personales
«Como alcalde hice lo que pude», aseguraba hace poco años en una entrevista José Manuel Palacio. «Y sin pensar en sacar partido de la situación, sin aprovecharme del cargo», remarcaba un hombre que consiguió tanta fama de triste y tímido como de honesto e íntegro. Soltero y solitario, el fallecido político era un gran apasionado de la lectura, sobre todo de libros de historia, y un gran conocedor de la ciudad, que paseaba calle a calle, plaza a plaza.
Su imagen de caminante urbano cargado de periódicos y folios está nítida en la retina de muchos gijoneses que ayer se sorprendían al saber de su muerte. El Llano era su barrio preferido y el parque de Los Pericones un espacio que consideraba muy suyo. De hecho, el acto de inauguración de este parque fue uno de los tres momentos de mayor satisfacción política que confesaba Palacio. ¿Los otros dos? La incorporación del cerro de Santa Catalina al Gijón accesible a todos los vecinos y el arrollador éxito del PSOE en las elecciones legislativas de 1982. En el lado malo de la balanza, José Manuel Palacio colocaba «sentir las espaldas descubiertas frente a los grupos de presión que actuaban en la agrupación socialista de Gijón».
Tras el fracaso electoral de Unidad Gijonesa en los comicios de 1995, Palacio abandonó la política activa. Aunque no su curiosidad por todos los problemas de la sociedad actual. Su preocupación por todos los temas, desde los más locales a los de política internacional, se concretaban en artículos de opinión como los que, hasta este mismo mes, publicaba en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA. A su integridad y honestidad políticas sumaba Palacio un carácter poco dado a protocolos y baños de multitudes en inauguraciones. Una muestra de su «timidez» se refleja en una anécdota que cuenta José Manuel García Losa, ex concejal del PP que coincidió con Palacio en la Corporación de 1991 a 1995, cuando el ex alcalde estaba en la oposición con Unidad Gijonesa. Unos años antes Losa había conocido de casualidad a Palacio, cuando éste aún era alcalde. El que años más tarde sería concejal del PP acudió a Madrid con un grupo de baile asturiano y se encontraron casualmente a Palacio en la Puerta del Sol. Al reconocerle, todo el grupo fue a saludar al alcalde de su ciudad: «Se puso rojo y al poco escapó como un tiro diciendo que tenía cosas que hacer; era de una timidez tremenda», recuerda Losa. En el anecdotario de Palacio también hay hueco para sus reticencias a usar el coche oficial, pese a los problemas de seguridad en la época, o aquel primer viaje a la capital de España que narra el periodista Manuel Fernández «en el que el alcalde y su chófer pararon a comer. Palacio pidió sopa y una pescadilla y el conductor un lechazo con guarnición de ensalada y un buen habano. Tal parecían que estuviesen cambiados los papeles».
Quienes lo conocieron en sus años de mayor actividad política hablan de él como del eterno opositor, el «Don No», como algunoºs lo llamaban. Oposición ejerció ante el régimen franquista y miembro de la oposición municipal fue durante los ocho años previos a las primeras elecciones democráticas. José Manuel Palacio y Gerardo García Vega, socialista uno y comunista el otro, eran, en representación de los tercios familiar y sindical, el contrapunto en las corporaciones de los últimos ayuntamientos predemocráticos. Finales de los setenta en los que, como ayer recordaba Jesús Montes Estrada (IU), «el PSOE y nosotros teníamos la sede en el mismo edificio de la calle de Los Moros. Nosotros en el séptimo y ellos en el quinto. Teníamos una relación política muy intensa». Su labor a la contra también se notó en los años de existencia de Unidad Gijonesa.
La firmeza de Palacio en sus convicciones se dejaba sentir en sus palabras y en sus hechos. Para la historia quedó el atrevimiento de no adherirse al pésame por la muerte de Francisco Franco, su negativa a participar en la inauguración en 2002 en la remodelada Casa Consistorial a la que asistió el Príncipe de Asturias y su ausencia en el acto protocolario que conmemoró el 25.º aniversario de los ayuntamientos democráticos. A su pesar o no, José Manuel Palacio fue un político a la que la historia le ha dado un puesto de honor. Sobre todo, por ser el primer alcalde de la democracia en Gijón y por haber vivido una etapa de grandes momentos para la historia de España como el golpe de Estado del 23-F de 1981. Un momento que, junto a otros hombres de la izquierda, pasó dentro del Ayuntamiento de Gijón. Su Ayuntamiento.
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