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Con la`vocación energética´ que PSOE-IU-BA-LV imponen, el `paraíso natural´ compra más boletos para su destrución

El Comercio – 7/3/2009 : El viento evitó la catástrofe en Trubia

«Si el viento va hacia el otro lado, no lo hubiésemos contado», sentenciaba ayer uno de los empleados que trabajaba en el hangar cuando la naftalina ardió. «Si no hubiésemos podido controlarlo, la bomba atómica que tenemos aquí haría saltar el pueblo por los aires», confirmaba un compañero.

El mismo invierno largo y severo que genera maldiciones ciudadanas a diario fue el que aminoró el jueves las consecuencias del incendio en Química del Nalón que obligó a confinar en sus casas a los vecinos de Soto de Trubia, Las Caldas, Sograndio, Godos y San Juan de Priorio. Un jueves de temporal cuyo fuerte viento «evitó una catástrofe», según coincidieron ayer los trabajadores de la fábrica que presenciaron el accidente en el depósito de naftalina y bomberos que lo sofocaron.

Con una meteorología amable, la formidable columna de humo que techó el valle en minutos hubiese descendido hasta el suelo, cubriendo los pueblos y el complejo fabril y complicando, hasta casi imposibilitar, la extinción del incendio, que con la fábrica despejada empleó a los bomberos durante dos horas.

Tanto la dirección del viento -hacia el Este- como su fuerza -de hasta 80 kilómetros por hora- alejaron por alto el inmenso nubarrón en la derrotero adecuado. De haberse incendiado el depósito -con viento en dirección Noroeste y a 22 kilómetros por hora a las seis de la tarde, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología-, la suerte habría sido peor.

«Si el viento va hacia el otro lado, no lo hubiésemos contado», sentenciaba ayer uno de los empleados que trabajaba en el hangar cuando la naftalina ardió. «Si no hubiésemos podido controlarlo, la bomba atómica que tenemos aquí haría saltar el pueblo por los aires», confirmaba un compañero.

Ya el mismo día del suceso, y como avanzó este diario, los alcaldes de barrio de Soto y Godos apreciaron la fortuna. «Si no sube el humo, te mata aquí radicalmente», indicó el segundo, Adolfo García. Ayer, el consejero de Medio Ambiente e Infraestructuras, Francisco González Buendía, reconoció también que el viento ayudó a disuadir las partículas y minimizar el impacto del suceso, según informó la agencia Efe.

«Preparados para más»

Sin embargo, tanto la empresa como los servicios locales y regionales pudieron establecer en media hora un dispositivo del que la Guardia Civil no recuerda parangón en los últimos diez años: una treintena de bomberos, diez ambulancias, policías locales y agentes de la benemérita. Tanto María José Ramos como Buendía se felicitaron ayer por la eficacia. «Asturias está preparada incidencias como ésta. Los ciudadanos pueden y deben estar tranquilos porque han visto que los sistemas de seguridad funcionan», aplaudió la consejera de Presidencia.

Nada hubiera sido posible sin la rápida intervención de los trabajadores de la Química que «dejaron el miedo a un lado». En la planta de naftalina, siete empleados realizaban su labor. Algunos estaban en su descanso «para comer el bocadillo» cuando escucharon las primeras voces de alarma. «Volvimos la cabeza y ya había una impresionante cortina de humo. El producto ardió muy rápido», relataron dos operarios. Durante cinco minutos su actividad fue frenética: cortaron la corriente, cerraron todas las válvulas y se cercioraron de que las conexiones con el resto de la factoría estaban completamente interrumpidas. «Luego sólo pudimos esperar la llegada de los bomberos, pero la actuación fue muy eficaz, nos entrenan para ello», subrayaron.

Averiguar las causas

Sobre las causas que desencadenaron el suceso, aún no existe una explicación oficial. Ayer, el director general de Industrial Química del Nalón, Alfonso Martínez, comentó que la investigación «estará abierta hasta que se esclarezca lo ocurrido». De momento, la empresa no baraja ninguna hipótesis y sólo confirmó que el foco del incendio se localizó en un equipo de retractilado de los palés de naftalina, tal y como adelantó EL COMERCIO. «Lo que sí estamos en condiciones de negar rotundamente es la existencia de una explosión», garantizó Martínez.

El viento evitó la catástrofe en Trubia

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