Cuarto día de la huelga de hambre de Domingo Goñi Tirapu

Aquí no hay espacio para la compasión, la blandura, el edulcorante ni el disimulo. El frío que se abatió hoy sobre Asturias barrió Oviedo durante la mañana con unas terribles granizadas, convirtiendo el pasadizo de los juzgados -plaza Gota Losada- en una auténtico callejón de la muerte, en el que la corriente contínua del aire helado resultaba aún más dura, a la vista de ese hombre sentado, protegido con una manta y ropa térmica, incluído su simpático gorro, que en nada disimula ya los efectos de tantos días sin probar nada más que agua.

Domingo estuvo nuevamente acompañado por sus fieles seguidores, que se van turnando, repartiendo pasquines (ver ejemplar más abajo) en los que explican el caso a los cientos y cientos de ciudadanos que se acercan a firmar las hojas en las que manifiestan su solidaridad por esta persona, a la que ya muchos reconocen, porque poco a poco, la información está saliendo de las catacumbas, o del rincón de La Nueva España en el que hoy se contaba la carcajada con la que los concejales socialistas de Llanes, con su alcaldesa al frente, recibieron la petición del Partido Popular, para que sea retirada esta asquerosa querella, propia de seres vengativos, carentes del más mínimo escrúpulo político ni humano.

Ya está dicho todo. El tiempo transcurre y la tragedia sigue su curso. Se puede decir de todo. Hasta las más sorprendentes consideraciones que he podido leer por aquí. Nunca antes se había procesado a nadie por protestar en un pleno, igual que nunca antes nadie había sido detenido por una autoridad muncipal por negarse a quitar una camiseta en la que se proclamaba lo mismo que ya habían dictaminado los tribunales de justicia: que La Talá es una urbanización ilegal.

Por lo visto esto va a llegar hasta el final y muchos nos tememos que ese final puede no ser el juicio, sino otro. Produce escalofríos pensar que puedan existir psicópatas que esperen sentados en sus poltronas ese final que se puede producir en cualquier momento, sin que sus conciencias se agiten ante la posibilidad de que resulte demasiado inesperado para ellos y para todos los demás. Con gente así gobernando en el mundo, aquí y allá, ¡no lo duden!, a nadie puede extrañar la diaria letanía de masacres y barbaridades que inundan los telediarios. Quien crea una situación como ésta no duda en dar la orden de masacrar a la población civil de cualquier lugar del mundo. Son los mismos, sólo que unos mandan en un pequeño rincón del planeta, mientras que otros tienen en la mano botones desde los que se pueden activar dispositivos nucleares.

Es lo que hay…

Juan Vega en elcomentario.tv

————————————————————————————–

en el Blog de Barbi Justiciera: Me afirmo y ratifico…

A la señora Alcaldesa del municipio de Llanes no le gustaron las camisetas y dio orden de TAPARLAS, que no se yo el motivo, recordemos cuando los artistas (los de siempre) entraron en el Congreso de los Diputados luciendo camiseta y dando gritos. Podría haber dicho la señora Alcaldesa que rogaba no se formasen altercados, que pedía respeto, pero no, prohibió terminantemente lucir una camiseta con aquello de La Talá ilegal. Domingo Goñi, que no es un anormal profundo que se dedica a montar números, más bien era hasta su jubilación profesor de Instituto, cuando se procedía a la votación se quitó la chaqueta que cubría tan temible inscripción, y la señora Alcaldesa ordenó a la fuerza del orden que entrase a desalojar a tan temible adversario. Domingo pegó unos brincos y gritó que aquello no respetaba la libertad de expresión, gritó que menuda democracia y al final terminó gritando, pero de dolor. Lo sacaron con las manos esposadas a la espalda al mejor estilo de quien detiene a un delincuente armado y peligroso. El arma supongo que era la camiseta y sin querer desmerecer a Domingo es más bien flaco, enfermo del corazón y no se parece nada a un macizo de esos que salen el los plenos del llamado País Vasco montando un cirio verbenero y amenazando de muerte a quienes se oponen a ellos. Así que nunca entendí bien aquello, me pareció de bochorno para la democracia, me pareció que asistía a una película americana y del susto terminé en el Ambulatorio de la villa soplando por un tubo y dándome aire un medico. Sería bueno decir que fui atacada, digo bueno para quedar de valiente, pero mentiría, atacada fui, pero por el miedo, el pánico el susto y el pavor. Así, que Domingo se pasa el día ente los Juzgados, graniza sobre él, llueve y truena, pero él allí continúa.

Leer más en el Blog de Barbi Justiciera: Me afirmo y ratifico…