INSULTANTE DEBATE URBANÍSTICO

R. VALLE     LA NUEVA ESPAÑA (16/2/06)

Representantes de IU y PSOE, las dos organizaciones políticas que se integran en el gobierno de Gijón, retaron ayer a cualquier vecino o colectivo gijonés a ir al Juzgado si tiene constancia de alguna corrupción en el desarrollo urbanístico de la ciudad en los últimos años. Este lazo que unió por unos minutos el urbanismo local y la amplia polémica nacional sobre la corrupción urbanística en los ayuntamientos fue sólo uno de los numerosos asuntos que se trataron en el encuentro que, bajo el título «El futuro urbanístico en Gijón», cerró ayer en el centro municipal de La Arena el ciclo sobre política urbanística desarrollado desde hace semanas por la Sociedad Cultural Gijonesa, con el apoyo del Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.
El reto judicial partió del máximo líder municipal de IU y tercer teniente de Alcaldía, Jesús Montes Estrada, ante las críticas de representantes vecinales que se encontraban entre el público sobre la capacidad de beneficio de Sogepsa en la operación de Roces, la actuación de la promotora Progea en Poniente y la especulación que se puede dar en algunas operaciones vinculadas al desarrollo del nuevo Plan General de Ordenación Urbana. «Si alguien tiene el más mínimo atisbo de que haya especulación, corrupción o algo que se parezca, que vaya al Juzgado. Las cárceles de este país no están llenas precisamente de comunistas», sentenció Montes Estrada, que criticó que «se diga con esta alegría que Progea es la empresa del Partido Comunista de España». Sin entrar en casos particulares, Santiago Martínez Argüelles, integrante de la candidatura socialista a las próximas elecciones municipales y el gestor del programa electoral del PSOE, sugirió a la portavoz vecinal que «si pretende decir que aquí hay alguna operación oscura o secreto inconfesable, vaya al Juzgado. Y yo voy detrás de usted. Estamos muy orgullosos de nuestro modelo urbanístico de estos 28 años, incluida su honestidad».
Montes Estrada y Martínez Argüelles compartían mesa con Xesús Cañedo, en representación del PAS. A última hora, y con el beneplácito de los ponentes y el moderador, el presidente de la Cultural, Fernando García Noval, se sumó a título individual Emilio Noval, que aseguró participar como «ciudadano de Gijón y concejal de su Ayuntamiento». Noval es uno de los ediles del Partido Popular enfrentados a la dirección de su partido. El PP no había enviado representación a la charla de La Arena por problemas de agenda. Un beligerante Montes Estrada dejó claros desde el primer momento los principios que ha defendido su organización en el desarrollo del PGOU y del modelo de ciudad. «La izquierda no está para defender la propiedad privada, la izquierda está para defender el interés general. Comprendo que los vecinos de San Andrés o Monteana no quieran allí la ZALIA, igual que los más vieyos tampoco hubieran querido Uninsa, pero se trata de establecer elementos que permitan que Asturias no pierda población. Hay que dar a los chavales espacios para que tengan un trabajo de calidad y un techo donde vivir, para que no estén en casa de papá y mamá hasta cumplir los 35 años o más», sentenció Montes Estrada. El edil defendió la expropiación, «que parece una palabra maldita», y recordó que en Roces «no hubo esquilmación ni se echó a nadie con la Guardia Civil. Se llegaron a acuerdos con el 90% de los propietarios a 60 euros el metro cuadrado».

El socialista Santiago Martínez se olvidó del pasado para apostar por un urbanismo del futuro que «configure espacios para el ejercicio de los derechos de los ciudadanos». Unos derechos reformulados donde, por ejemplo, destacan el derecho al empleo sostenible y al conocimiento. El primero, como extensión del derecho al trabajo, y el segundo, a la educación. «Hay que garantizar un empleo estable más que un trabajo y para eso se necesitan infraestructuras, suelo industrial, zonas logísticas, parques tecnológicos…», explicó Martínez, antes de asegurar que «uno de los retos de Gijón es convertirse en una ciudad creativa. Ésa debe ser una de sus señas de identidad y para eso hay que acoger a quien cree, innove y se atreva». El representante socialista apostó por «un Gijón compacto, policéntrico, con barrios dotados y que no pierdan su personalidad».

Para Xesús Cañedo, el urbanismo en Gijón debe encarar el futuro a partir de más de veinte años de «gestión decepcionante. Podría usar la palabra fracaso, pero prefiero la moderación». Para el representantes del PAS, que opta a las elecciones municipales en coalición con la URAS, no se ha sacado provecho a «la estabilidad, los presupuestos altos y un marco político favorable». Cañedo destacó «el crecimiento del precio de la vivienda. En 1995, estaba un 14 por ciento por debajo del precio de Oviedo y ahora estamos un 8% por encima». Y sumó a los males generados por ese urbanismo mal gestionado «haber provocado la mayor contestación social que ha conocido Gijón en los últimos años, la degradación de determinados espacios como el Rinconín o Somió y las carencias en dotaciones e infraestructuras».