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Vega, la mina y el PGO

La necesidad de recuperar la escombrera de la mina de la Camocha parece un tema que despierta especial sensibilidad en nuestra Alcaldesa, ahora que un escuadrón de camiones traslada a destajo toneladas de estériles en dirección a El Musel. Al menos, eso se desprende de sus declaraciones. Pero no siempre fue así…
Hace cuatro años, en plena confirmación del futuro cierre de la explotación gijonesa, Doña Paz se olvidaba de todas las obligaciones pendientes de la empresa minera y presentaba en la Feria de Muestras de Asturias 2006 un futuro parque empresarial en los terrenos de la mina. Días después, esta “gran oportunidad para la ciudad” propició una penosa charla en el poblado de La Camocha, en la que el concejal Venturo, en representación del Ayuntamiento, y Víctor Zapico, como director de la mina, presentaron sin sonrojos el Business Park de La Camocha, el “espacio empresarial de última generación” con el que los territorios de Vega y Güerces entrarían (a finales de 2009) en “la vanguardia de los parques tecnológicos”, generando “780 puestos de trabajo, o probablemente más”. El concejal, aprobando la forma con que se había gestionado esta explotación minera a pesar de los procesos judiciales ya existentes, ensalzaba el proyecto como un procedimiento ejemplar que contaba con total apoyo por parte del Ayuntamiento. Prometieron los dos que, tal y como establece la ley, se procedería a las labores de cierre en el interior y a la recuperación de las escombreras y la balsa. Casi nadie se lo creyó, y nada de eso ocurrió. Lo que ocurrió fue el abandono y el saqueo de la mina y no el procedimiento ordenado que la ley establece para el cierre de una explotación minera. Lo que ocurrió es que en 2007 Mina La Camocha presentó concurso de acreedores, dejando deudas de decenas de millones de euros a la Seguridad Social y a las arcas públicas, trabajadores sin cobrar y una mina desmantelada.
Ni la Alcaldesa ni nadie del Ayuntamiento se acordaron más de la mina, de la necesidad de recuperación de las escombreras y la balsa, de las consecuencias que tendría la no realización de las labores de cierre ni, por supuesto, de las peticiones vecinales al Ayuntamiento en los últimos años para que se tuvieran en cuenta los problemas del subsuelo, para que se vigilara la realización de los estudios y labores que requería el cese de actividad en La Camocha. Al contrario, en 2007 pudimos ver cómo la escombrera crecía a razón de decenas de camiones diarios de barro y cascotes, pues la escombrera sur de la Camocha le parecía al Ayuntamiento el lugar adecuado dónde verter sobrantes de obras. La situación, que suponía buenos beneficios a los implicados en el vertido pero serios perjuicios a los vecinos, fue denunciada, pero sólo cuando terminaron las obras de donde procedían, tras meses de papeleos y baile de expedientes, se notifica que la actividad era ilegal y que los responsables deberían volver ese espacio a su estado anterior. Por supuesto, esto último nunca ocurrió.
Ahora, vuelven los camiones, pero para sacar los escombros y tirarlos al mar, pues urge acabar las obras de ampliación del puerto antes de fin de año. Curiosamente, también vuelve la inquietud de Doña Paz por recuperar la escombrera. Ninguna falta haría que los vecinos de Vega, Granda y demás recorrido pasasen cuatro meses de polvo, ruido, peligro y molestias, día y noche siete días a la semana, si las cosas se hubiesen hecho como debe ser, es decir, conforme a la legalidad. Los cientos de camiones que subieron con escombro no tendrían que bajar ahora y la escombrera original hubiera salido en horario de trabajo en días laborables. Lo cierto es que, con estas maniobras, es UTE Dique Torres quien se ahorra unos millones; y antes, con los vertidos ilegales fue MLC quien obtuvo beneficios. La pasta para unos, la porquería para otros.
Lejos de pedir disculpas, nuestra regidora parece no recordar estos antecedentes, ni incomodarle hacer suyo y del Ayuntamiento el interés de algunas empresas de crecer o menguar la escombrera, según convenga. Nos preguntamos si cuando UTE Dique Torres tenga ya bastante relleno, se desvanecerá el actual afán recuperador de la alcaldesa, se le volverán a olvidar sus obligaciones de velar por que se cumpla la ley en su municipio y los vecinos tengamos que seguir con la porquería de la balsa y lo que quede de escombrera hasta nuevo chollo.
Si no fuera por lo que tiene de real, “La Alcaldesa, la escombrera y su memoria” bien podría ser el título de una fábula, pues hasta tiene moraleja: “Si no entiendes por qué a veces se hacen algunas cosas y otras veces se olvidan, piensa en el dinero y lo entenderás”.
AVV San Emiliano de Vega

Esta carta fue publicada por la Nueva España el 24 de septiembre de 2010, junto con noticia de la asamblea de la A VV San Emiliano de Vega celebrada el 23 de septiembre

Vega exige garantías al Ayuntamiento ante riesgos geológicos que asocia con la mina

La parroquia incluye en sus alegaciones al PGO que se haga constar «la necesidad de cimentaciones y estudios especiales»
La asociación «San Emiliano» también recoge las quejas derivadas del traslado de escombro para la obra de El Musel
Miriam SUÁREZ
El estado de Mina La Camocha, lo que está a la vista y lo que no se ve, tiene a los vecinos de Vega en estado de alerta. Ayer, en una asamblea convocada por la Asociación «San Emiliano» para perfilar sus alegaciones al nuevo Plan General de Ordenación (PGO), esa preocupación se manifestó en forma de sonora queja. Para empezar, «en el mapa geológico del municipio aparecemos con un riesgo bajo».
Los vecinos consideran, sin embargo, que hay evidencias -«acreditadas por informes de organismos oficiales como SADIM», puntualizan- de que los años de actividad minera generaron importantes problemas de subsidencia y oscilaciones freáticas en la parroquia. De estos progresivos hundimientos da fe un acta notarial que los vecinos acompañan de fotografías sobre casos concretos. «Hay grietas, saltan los azulejos, se levantan los bordillos de las aceras…», describen.
Con esto «no queremos decir que en Vega no se pueda construir», concretó ayer la directiva de «San Emiliano», sino que «para hacerlo, se necesitan estudios geológicos previos y cimentaciones especiales». Circunstancias que, en su opinión, deberían constar en el nuevo PGO. Por un lado, para garantizar la seguridad de cualquier desarrollo urbanístico futuro. Y, por otro, «para la responsabilidad subsidiaria de la Administración sobre las edificaciones existentes», en caso de que se produzca algún problema.
Además del subsuelo, a los vecinos de Vega les trae de cabeza el exterior de la mina. La empresa cerró sus puertas en diciembre de 2008. Fecha desde la que está pendiente el requisito legal de recuperar ambientalmente la explotación. Desde hace varias semanas, el material acumulado en las escombreras de Mina La Camocha sirve de relleno a la obra de ampliación de El Musel. Los vecinos calculan que el transporte de material moviliza «a unos 50 camiones por hora».
Ayer, los más afectados por este tráfico de vehículos pesados denunciaban polvo, ruidos y «reventones en algunos tramos de la carretera». La Asociación «San Emiliano» recuerda que «en su día dejaron tirar ahí el escombro de muchas obras de Gijón, y ahora se lo llevan de vuelta», lo que ha duplicado las molestias. «A ver qué hace la empresa de la ampliación de El Musel. En una de estas, deja los restos y de recuperar la escombrera nada de nada», desconfían.
Además de los problemas derivados de Mina La Camocha, cuyos terrenos se destinarán a un parque empresarial, las alegaciones de los vecinos harán hincapié en otros aspectos del plan general. Por ejemplo: «La ambigüedad de las normas urbanísticas o la falta de rigor del estudio económico».

La Alcaldesa, la escombrera y su memoria

(enlace con la carta publicada en la Nueva España)

Las alegaciones que preparan tanto la AVV San Emiliano de Vega como el Colectivo de DefensaRural, contienen más asuntos que los citados en la noticia, algunos de gran importancia para toda la zona rural de Gijón y otros específicos de la parroquia, como el enorme vial previsto que no respeta ni elementos catalogados ni espacios protegidos según el propio PGO, y unas infraestructuras para transportes (de las que no se dispone de información) que suponen la expropiación y demolición de once edificios de la parroquia. Este último punto fue recogido por la Nueva España el domingo 26 de septiembre.


El PGO prevé mejoras en la carretera de la Pola a costa de una decena de edificaciones

El Plan General reserva suelo, sobre la hilera de casas de la tahona de Vega, para una «infraestructura de transporte»

Miriam SUÁREZ

Los planos de clasificación y categorías del suelo, incluidos en el nuevo Plan General de Ordenación (PGO), revelan «una sorpresa nada agradable» para los vecinos de Vega-La Camocha. La parroquia se ha percatado de que, en una de las márgenes de la carretera Gijón-Pola de Siero (AS-248), aparece dibujada una infraestructura que afecta de lleno a diez edificaciones.

La actuación, que los vecinos pasaron por alto en un primer análisis de los planos, figura en la documentación como «infraestructura del transporte» y se sitúa sobre la hilera de casas existente en la recta que va de Los Puyos a la tahona de Vega. Los propietarios de esas viviendas se han quedado estupefactos ante una novedad urbanística «de la que nadie -refiriéndose al Ayuntamiento- nos había informado».

Los vecinos desconocen el alcance de la infraestructura que ensancha la AS-248 a su paso por la parroquia. Pero ya han buscado, a través de la asociación vecinal «San Emiliano», el asesoramiento de abogados y urbanistas para saber a qué atenerse. «Nos dicen que el terreno para este tipo de obras suele obtenerse mediante expropiación», apuntan portavoces de la parroquia, que han hecho fotocopias del plano del PGO para repartirlas entre los vecinos de Vega.

Todo apunta a que, aprovechando la revisión del Plan General de Ordenación, se ha reservado suelo para ampliar los servicios de la carretera de la Pola. «Podría ser una parada para los transportes del Consorcio», se baraja. Aunque, de momento, «no nos han explicado de qué se trata» ni si habrá expropiaciones en el futuro. «Es una de las muchas ambigüedades del PGO», critican los vecinos, que admiten estar «seriamente preocupados» ante la infraestructura prevista en el nuevo planeamiento urbanístico gijonés.

En principio, esta franja de la AS-248 se encuentra «fuera de ordenación». Lo que significa que «los propietarios no podrán hacer nada en las edificaciones afectadas en los próximos años», señala la directiva de la asociación vecinal «San Emiliano» de Vega. «En las zonas fuera de ordenación se restringen hasta las licencias para hacer reparaciones o reformas menores», apostillan los representantes de la parroquia.

La inquietud y malestar de los vecinos se trasladará al Ayuntamiento de Gijón en forma de alegaciones. Pero las personas más directamente afectadas no serán las únicas que van a protestar por escrito contra la «infraestructura del transporte» de la carretera Gijón-Pola de Siero. La asociación «San Emiliano» también abordará el asunto como parte del recurso que la parroquia interpondrá de forma colectiva.

«No hacen más que fastidiar», consideran. «Y con la nueva normativa urbanística del Ayuntamiento, que se preparen las casas que están situadas en los bordes de las carreteras, que en las zonas rurales hay muchas», advierten los vecinos de Vega, una de las parroquias que mantienen una postura más crítica con el urbanismo gijonés. Dispondrán de algo menos de un mes para presentar sus alegaciones.

El período de información pública al que está sometido el nuevo Plan General de Ordenación terminará el día 22 de octubre. El gobierno municipal decidió ampliarlo quince días a petición, precisamente, de las asociaciones de vecinos de la zona rural, que quieren estudiar al detalle la documentación que marcará las pautas de crecimiento del concejo durante los próximos diez años.

En el caso de Vega, los puntos fuertes de sus alegaciones estarán relacionados con los efectos geológicos de la actividad que Mina La Camocha desarrolló durante décadas y con la «infraestructura de transporte» prevista en la carretera de Pola de Siero. «Sea lo que sea lo que pretendan hacer ahí, seguro que hay más soluciones y alternativas que llevarse por delante una decena de edificaciones», sostiene la asociación «San Emiliano», que ya perfila las líneas generales del que será su recurso contra el PGO, aprobado inicialmente por el Pleno municipal del 30 julio.

1 comentario sobre Vega, la mina y el PGO

  • Ariadna Arias

    La declaración de fuera de ordenación limita seriamente el derecho de propiedad privada , en el uso y en la valoración y como tal limitación tiene que tener una función social explicita, clara y de utilidad pública o interés social. Poco dice la Memoria del porque de esta Infraestructura, no? Otra cosa que me llama la antención es la declaración de fuera de ordenación de todas las viviendas fuera del núcleo, la normativa es bastante confusa…será que quieren hacer sitio a buen precio pa toda esa ciudad que se derrama y esparce por la zona rural…. no se pa quieren crecer más, si ya no se lleva. Ssi consiguen llenar lo que tienen hecho (más de 20.000 viviendas vacías) y proyectado en la Alternativa 0 (más de 24.000 viviendas) de aquí a diez años, entonces hay vida en marte. En fin, se nota que estáis trabajando a tope, es vuestra responsabilidad, así da gusto con esta participación ciudadana, ojala os tengan en cuenta, es su responsabilidad!

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